¿Por qué necesito reemplazar mis discos de freno cada vez que necesito balatas?
Gran pregunta, y es una que oímos mucho. Hasta hace aproximadamente una década, lo normal era rectificar los rotores. Esto se hacía para asegurar una superficie de frenado plana y uniforme para las nuevas pastillas de freno.
Pero ahora, es mucho más típico sustituir los rotores cuando un vehículo necesita pastillas de freno nuevas. Esto se debe a que los rotores suelen ser demasiado delgados para ser rectificados en el momento en que las pastillas de freno se desgastan.
Razón #1: Los rotores de freno comienzan siendo mucho más delgados que antes.
En el esfuerzo por aumentar el ahorro de combustible, cada libra cuenta. Los nuevos rotores pueden pesar de cuatro a cinco veces menos que antes.
Suena muy bien, ¿verdad? Al fin y al cabo, eso significa que estamos conservando materias primas. El problema es que el grosor de un disco de freno le permite disipar el calor que se genera al frenar. Cuando un disco es demasiado fino, se sobrecalienta y se deforma, lo que provoca molestas vibraciones o pulsaciones en el pedal.
Cuando los discos eran más gruesos, podían soportar el desgaste de las pastillas de freno, rectificarse y conservar suficiente metal para disipar el calor. Hoy en día, los rotores nuevos suelen estar pensados para durar un juego de pastillas de freno.
Razón nº 2: Hoy en día, las pastillas de freno suelen estar fabricadas con materiales cerámicos o semimetálicos.
Las pastillas semimetálicas proporcionan resistencia y conducen el calor lejos de los rotores, pero también generan ruido y son lo suficientemente abrasivas como para aumentar el desgaste del rotor. Las pastillas cerámicas soportan temperaturas más altas con menos pérdida de calor, menor distancia de frenado y generan menos polvo y desgaste tanto en las pastillas como en los rotores. También proporcionan un funcionamiento mucho más silencioso porque el compuesto cerámico ayuda a amortiguar el ruido.
Razón nº 3: Muchos rotores se fabrican con materiales reciclados, que son más ligeros y mejores para el medio ambiente que el acero en bruto utilizado anteriormente.
Sin embargo, también se desgastan más rápido y son más propensos a la corrosión porque los metales ya se han degradado o deteriorado una vez.
Así que la próxima vez que tenga que cambiar los discos, esperamos que sepas que no se trata de un despilfarro, de acelerar el trabajo o de ganar más dinero con el servicio de frenos. Es simplemente porque los rotores son demasiado finos o están demasiado corroídos para serle útiles.
